jueves, 5 de diciembre de 2019

Textos literarios para SB 26 - 2019


Contenidos mínimos de exámenes 2019/2020

vTécnicas de estudio:
-características generales, etapas de prelectura, lectura analítica y post-lectura
-aplicar técnicas de palabras claves, subrayado de ideas principales y secundarias, confección de mapas conceptuales y síntesis
vTextos instructivos. Características, similitudes y diferencias
vLa noticia periodística:
-características generales, estructura de pirámide invertida
- paratexto de una noticia: título, volanta, epígrafe, destacado, imagen, etc.
-escribir una noticia respetando su estructura y características
vMitos. Características, tipos de mitos
vPoesía:
-características del lenguaje poético
-reconocimiento de metáfora, comparaciones, imágenes sensoriales.
vCuantos tradicionales. Características, ejemplos.

Textos literarios:
FMitos: El nacimiento del mundo (según los nórdicos), El mito de Pandora, Orfeo y Eurídice (según los griegos)
FInstrucciones para subir una escalera, de Julio Cortázar.
FInterrumpidas (selección), de Raquel Fernández
FBlancanieves, Caperucita Roja, Cenicienta (según versiones de Perrault o Grimm)

El examen consta de dos partes:
a) examen escrito
b) exposición oral de cinco minutos sobre alguno de los textos literarios (para acceder a esta instancia se debe aprobar la primera)

El alumno deberá asistir en horario y traer la libreta en la que conste el número de su  DNI


Textos literarios

Mitos
En este link los encontrarás


Instrucciones para subir una escalera, de Julio Cortázar

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

Interrumpidas (selección), de Raquel Fernández

ÁNGELES 
“No comáis a los niños de los otros. 
Pues su carne se pudrirá en vuestras bocas bien provistas.” 
Joyce Mansour 
Otra vez te estoy hablando de ella. 
Chicainterrumpida con una bolsa negra vistiéndole la muerte. 
Chicainterrumpida con un nudo de peces rojos deshecho ente las piernas. 
Con un hilo de hormigas pavorosas zurciéndole la garganta. 
Interrumpidainterrumpidainterrumpida. 
Ella no se tatuó una golondrina en el pubis. 
No tuvo un trabajo rutinario. 
No leyó a Chejov. 
No paseó con su amante por el Puente de Brooklyn 
(ni siquiera en sueños). 
No tuvo un amante. 
Otra vez te estoy hablando de ella. 
La nena de acá a la vuelta, 
la hija de un amigo, 
la chica que buscaban en la tele. 
Interrumpidainterrumpidainterrumpida. 
Convertida en un objeto para desarmar. 
(para desamar). 
Sentenciada a una habitación sin puertas ni ventanas, 
a una travesía inmóvil, 
a un perpetuo monólogo de tierra. 

Ángeles Rawson desapareció en Palermo, el 10 de junio de 2013 y fue encontrada al día siguiente, asesinada de forma brutal, en una planta recicladora de residuos urbanos (CEAMSE). La investigación del trágico hecho tiene como único imputado a Jorge Mangeri, el encargado del edificio en el que vivían la adolescente y su familia. Ángeles tenía 16 años.

NAIR 
“Ahora estamos más solos por imperio de muerte, 
por un cuerpo ganado como un palmo 
de tierra por la tierra baldía...” 
Olga Orozco 
Sentada en el olvido, 
sentada en el esqueleto de la niebla, 
la pequeña desafortunada 
no sabe de colores. 
Todo lo que vio alguna vez 
se hizo negro 
en las falanges húmedas del barro. 
En su frente 
la caligrafía de los insectos repetidos 
ha dejado su huella cirujana. 
Una gitana de polvo 
le lee la desventura cada día: 
le dice que se muere, 
que la mueren, 
que el verano se acaba y que la noche 
recién está dando sus primeros pasos. 

Nair Mostafá desapareció mientras se dirigía desde su casa a la pileta del Club Huracán de Tres Arroyos, la última tarde de 1989. El cuerpo de la niña  fue encontrado ultrajado y semidesnudo en los primeros minutos del 1 de enero de 1990 en terrenos del ferrocarril, justo al lado de las vías abandonadas. Nair tenía 9 años. Su asesinato continúa impune.

CAROLINA 
“Todo se dio en el pulso, en un forcejeo celoso, medianoche de agujeros de odio…” 
Rosa Lentini 
El amor 
es una caída perfecta en el rocío. 
Una casa amoblada con saliva 
Relumbrando en la noche. 
Gorjea. 
Como un trébol de la buena suerte 
sostenido por un rumor de grillos. 
Como un reflujo de ángeles que hierven. 
El amor es un apóstrofe sagrado que planea 
esquivando derrumbes. 
Pero el amor no es esto, no. 
No es este desmayo de mariposa fracturada, 
esta súplica de arterias vacías, 
esta acrobacia de la sangre repetida 
ciento trece veces 
como un mantra siniestro. 
No es esta estrofa disidente, 
este poema atroz escrito con puñales. 
Para zurcir las heridas del amor 
bastaba la hermosura 
una hebra de cielo. 
Pero el amor no es esto, no. 
El dolor no conoce de sedas. 
En cada grieta roja que me desguaza el cuerpo 
agoniza un misterio. 

Carolina Aló fue asesinada en Tigre, por su novio, Fabián Tablado, quien le asestó 113 puñaladas, el 27 de mayo de 1996. La pareja tenía una relación tormentosa y muchos amigos de la víctima reconocieron después de su deceso que Fabián era muy celoso y solía golpearla, situación que la chica siempre le ocultó a su familia. Carolina tenía 17 años.


NATALIA III 
“Me despido de la memoria 
y me despido de la nostalgia…” 
Jorge Teillier 
No hay nada más blanco que una chica muerta. 
Nada más frío. 
Nada más solo. 
Es un paisaje lunar definitivo. 
Una prórroga de nada. 
Una chica 
debería sentarse en una plaza, 
alimentar la urbanidad puntual de las palomas, 
celebrarse en todas las esquinas, 
anestesiar su urgencia con gorriones. 
Tener un novio. O dos. 
Tener un perro. 
Escribir algún poema mediocre. 
Una chica 
debería llorar por nimiedades, 
tener amigas que la quieran 
y hablen a sus espaldas 
de lo mal que le queda algún vestido. 
Desordenar las jaulas. 
Imaginar la noche de los cuerpos. 
Tener el albedrío para elegir su herida. 
Una chica está para otra cosa. 
Para leer “Crepúsculo”. 
Para volver a las muñecas si hace frío. 
Para morirse no. Para vivirse. 
Para saberse viva. 

Natalia Di Gallo apareció violada y asesinada en el Parque Pereyra Iraola de Berazategui, el primer día de 2004. Había salido de su casa del barrio Don Orione, de Florencio Varela, en horas de la noche del 28 de diciembre de 2003, junto a Nicolás Gómez, a quien conocía de la escuela. El chico que la acompañaba sostuvo que habían sido sorprendidos y atacados por desconocidos cuando estaban en el interior su auto Renault 11, pero su coartada no resultó creíble. Hoy se encuentra imputado por el crimen junto a Daniel Ojeda, un remisero de la zona de Bosques. La familia de Natalia, que tenía apenas 16 años cuando fue asesinada, aún espera justicia.

WANDA 
“Ponle tus cabellos escarchados por el fuego 
Abrázalo pequeña estatua de terror.” 
Alejandra Pizarnik 
Arde el poema, 
arde 
en la cornisa de unos labios resecos, 
en el filigrana de un corazón 
que se trepa al humo de las palabras. 
Debajo de la cintura del mediodía 
arden los insectos atravesados 
por el aguijón del otoño. 
Es el tiempo en el que las mariposas van sobrando 
y caen 
como sutiles hojas huérfanas de árbol. 
En el gesto de un espejo que multiplica el hastío 
arde 
la salvaje intención de las premoniciones. 
Ella abre un tragaluz en su cabeza: 
cielo, cerro, camino, ferocidad de verde. 
Pero la carne le cierra todas las ventanas 
en su lenguaje dolido de fuego. 
Arde una mujer y nadie sabe 
cuántos sueños arden con ella. 

Wanda Taddei fue atacada en la madrugada del 10 de febrero de 2010 por su esposo, el músico Eduardo Vázquez, quien luego de rociarla con alcohol, le prendió fuego con un encendedor, causándole gravísimas quemaduras que desembocaron en su muerte, once días después. Este crimen brutal puso de relieve la violencia de género y la gravedad del femicidio en Argentina. La difusión del caso también causó la multiplicación de ataques similares a otras mujeres, fenómeno que se denominó "efecto Wanda Taddei".

CANDELA 
“Niña muerte, gota 
de rocío en mi pelo.” 
Jaime Sabines 
Ella tenía un cuerpo no dicho. 
Un cuerpo de mariposas apretadas. 
Cuerpo ascendente, 
cuerpo venidero. 
Pequeña caja blanca 
(como un rumor de algodones rompiéndose, 
como un largo párpado de leche). 
Ella tenía un cuerpo blanco. 
Ahora tiene un cuerpo azul 
(como un vestido para probarse la Muerte). 
Ahora tiene dos ojos 
que se alejan cuenca adentro. 
Una matriz a estrenar que se despuebla. 
Antes, 
el mundo se abría 
sobre su cuerpo blanco. 
Ahora, 
sobre su cuerpo blanco 
se cierra una bolsa negra 
(como un vestido, no; 
como una garra, 
como una lámpara rota). 
Nosotros teníamos 
la vaga sensación de ser humanos. 
Ahora no sé. 

Candela Sol Rodríguez fue secuestrada el lunes 22 de agosto de 2011 cerca de su casa en Hurlingham, Buenos Aires, y hallada muerta el 31 de agosto de 2011 dentro de una bolsa, en una vereda, a 30 cuadras de su domicilio. Fue violada y asfixiada. Tenía 11 años. Su asesinato aún no ha sido esclarecido.

Caperucita Roja, versión de Perrault

Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja. Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo: —Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla. Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo: —Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía. —¿Vive muy lejos?, le dijo el lobo. —¡Oh, sí!, dijo Caperucita Roja, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo. —Pues bien, dijo el lobo, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero. El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc. —¿Quién es? —Es su nieta, Caperucita Roja, dijo el lobo, disfrazando la voz, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía. La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó: —Tira la aldaba y el cerrojo caerá. El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc. —¿Quién es? Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó: —Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía. El lobo le gritó, suavizando un poco la voz: —Tira la aldaba y el cerrojo caerá. Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada: —Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo. Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo: —Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes! —Es para abrazar mejor, hija mía. —Abuela, ¡qué piernas tan grandes tienes! —Es para correr mejor, hija mía. Abuela, ¡qué orejas tan grandes tienes! —Es para oír mejor, hija mía. —Abuela, ¡que ojos tan grandes tienes! —Es para ver mejor, hija mía. —Abuela, ¡qué dientes tan grandes tienes! —¡Para comerte! Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió. MORALEJA Aquí vemos que la adolescencia, en especial las señoritas, bien hechas, amables y bonitas no deben a cualquiera oír con complacencia, y no resulta causa de extrañeza ver que muchas del lobo son la presa. Y digo el lobo, pues bajo su envoltura no todos son de igual calaña: Los hay con no poca maña, silenciosos, sin odio ni amargura, que en secreto, pacientes, con dulzura van a la siga de las damiselas hasta las casas y en las callejuelas; más, bien sabemos que los zalameros entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros.

Cenicienta, versión de Perrault
En este link la encontrarás

Blancanieves, versión de los hermanos Grimm
En este link la encontrarás